La decisión del Reino Unido de imponer un impuesto digital está causando revuelo mientras las tensiones aumentan entre el Reino Unido y Estados Unidos. En un reciente desarrollo, el gobierno británico describió su impuesto digital a los gigantes tecnológicos como Meta y Apple como “justo y proporcionado” a pesar de las amenazas de nuevos aranceles por parte del presidente Donald Trump. Según se informa en Space Daily, este impuesto genera unos impresionantes 800 millones de libras anuales, llenando las arcas del gobierno británico.
La postura del Reino Unido sobre el impuesto digital
La política de impuestos digitales del Reino Unido tiene como objetivo asegurar que los gigantes tecnológicos paguen su parte justa de impuestos sobre las actividades comerciales realizadas dentro de sus fronteras. “El Impuesto a los Servicios Digitales es una medida necesaria”, dijo un portavoz del gobierno británico, agregando, “Seguimos comprometidos con la cooperación internacional en un código impositivo uniforme.”
La UE afirma su ‘Derecho Soberano’
Mientras tanto, la Unión Europea se mantiene firme, afirmando su derecho soberano a regular las industrias tecnológicas dentro de su territorio. Aunque los comentarios de Trump sugieren aranceles inminentes, la UE permanece imperturbable, fortalecida por su Ley de Mercados Digitales (DMA) y su Ley de Servicios Digitales (DSA), que abordan la competencia y la moderación de contenido, respectivamente.
El ataque de Trump a las grandes tecnológicas
La administración de Trump ha acusado continuamente a las regulaciones digitales de la UE de apuntar injustamente a las compañías estadounidenses, a pesar de la evidencia que indica lo contrario. “[Nuestras reglas] no apuntan injustamente a ninguna nación”, replicó el portavoz tecnológico de la UE, Thomas Regnier, destacando las recientes sanciones contra entidades no estadounidenses como AliExpress de China.
Regulaciones digitales más estrictas de la UE
Las regulaciones digitales de Bruselas, implementadas desde 2023, exigen que las empresas aborden rápidamente el contenido ilegal, estableciendo requisitos estrictos para gigantes como Google y Meta. Estos esfuerzos tienen como objetivo frenar la desinformación y proteger a los consumidores contra productos y contenidos dañinos, un movimiento que Trump despreció como “exceso regulatorio”.
Delicadezas de los acuerdos comerciales
En medio de la retórica, la UE recientemente acordó un pacto comercial con Washington, asegurándose de mantener los asuntos digitales fuera de las negociaciones. “Nuestra autonomía regulatoria sigue intacta”, insistió el jefe de comercio de la UE, socavando los intentos de Trump de vincular las regulaciones tecnológicas a los acuerdos comerciales.
Un vistazo más de cerca a las regulaciones de la UE
La supervisión más estricta incluye demandas de interoperabilidad en aplicaciones de mensajería y restricciones a los servicios preinstalados dentro de grandes plataformas digitales. Las empresas que no cumplan pueden enfrentar multas que alcanzan los miles de millones, ilustrando la determinación de la UE de controlar los monopolios digitales y fomentar una competencia más justa.
A medida que las tensiones aumentan, ambas partes parecen atrincheradas en sus posiciones. Es una saga de soberanía, comercio y la era digital que podría redefinir las normas internacionales sobre la gobernanza tecnológica.